Luego de haber anunciado que se expropiaría hospitales y cementerios privados, en caso de ser necesario, Murillo se retracta y "aclara" que todo fue un mal entendido.
El ministro de gobierno, la tarde de hoy, aseguro que las supuestas expropiaciones, en realidad se tratarían de compras y alquileres a precios justos y garantiza que la propiedad privada. Sin embargo, lo único que queda claro es que este "mal entendido", es una muestra más de la actitud draconiana de Arturo Murillo, quien ya nos tiene acostumbrados a los anuncios de medidas extremas y unilaterales, que no contemplan los derechos más elementales de los ciudadanos.
Además, explica que el problema del colapso del sistema de salud público es que las diferentes cajas de salud no estarían atendiendo a sus asegurados y estas personas estarían saturando los centros de salud del estado. Por este motivo, el gasto de los alquileres de los hospitales privados tendría que ser cubierto por las instituciones de seguridad social.
En síntesis, no se expropiaran los hospitales ni cementerios privados, sino que se alquilarán para la atención exclusiva de los asegurados en las entidades de seguridad social (Cajas de Salud). Lo contradictorio es que en este enredo, los principales actores son las empresas privadas, sus propietarios y sus usuarios, sin embargo, un funcionario público anuncia estas "medidas" bajo el argumento de ayudar a la gente pobre.