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“Glorioso Ejército” de Bolivia es un peligro para la Democracia

Nunca ganaron una guerra… pero valientemente matan civiles desarmados. Las Fuerzas Armadas de Bolivia fueron creadas para defender a todos los bolivianos, pero en la realidad defendieron desde siempre los intereses de un grupo privilegiado. Este sector social de zánganos que jamás pudo proteger las fronteras del territorio nacional, solo sirve para asesinar a civiles desarmados.

He aquí algunas de las acciones represivas de las Fuerzas Armadas y la Policía.

“HEROICAS” ACCIONES DEL EJÉRCITO BOLIVIANO

1892. El 28 de enero, en Kuruyuki (Chuquisaca) el presidente Aniceto Arce ordenó que más de 1.700 bravos soldados enfrenten el levantamiento indígena guaraní que defendía sus tierras y su cultura. Los militares llegaron haciendo flamear la bandera tricolor, y asesinaron a 6 mil guaranís armados con palos y machetes. Los hacendados se apropiaron de sus tierras, hasta el día de hoy.

1905. El indígena y líder militar Pablo Zárate Willka, luego de derrotar al ejército conservador chuquisaqueño a pedido del general Pando, fue traicionado por éste. Con la excusa de tener una reunión fue llamado a Oruro y apresado por el ejército. Tiempo después fue ejecutado en la hondonada de Chu'llunk'iri por amenazar a “la estabilidad nacional, a la unidad boliviana”, etc.

1918. En julio, trabajadores de la empresa de Simón I. Patiño “La Salvadora” (Uncía-Potosí) reclamaron sus salarios atrasados. Hubo enfrentamiento entre mineros y policías. El Presidente de la República José Gutiérrez Guerra, mandó a un Regimiento de Infantería que llegó enarbolando la bandera rojo, amarillo y verde. Lograron una aplastante victoria contra obreros hambrientos y desarmados.

1919. Trabajadores de Cancañiri (parte alta de la mina Siglo XX) exigían el derecho a 8 horas de trabajo. El gerente de la empresa Emilio Diaz, chileno, solicitó un regimiento a las autoridades y los militares fielmente asesinaron a muchos obreros. Varios cadáveres desaparecieron y otros fueron “convertidos en humo en los hornos de calcinación del Ingenio Catavi”.

1921. El 12 de marzo, a causa de los abusos del corregidor Estrada, se sublevaron miles de indígenas aymaras de Santiago de Machaca. El gobierno envió un destacamento militar que enarbolando la bandera tricolor “valientemente” asesinó a varios comunarios, mujeres y niños, destruyendo más de 100 casas.

1923. En el centro minero de Uncía (Norte de Potosí), el 12 de mayo el ejército acribilla a más de un centenar de obreros, mujeres y niños que pedían mejores condiciones salariales, liberación de sus dirigentes detenidos así como el cambio del gerente chileno Emilio Diaz, por ser muy abusivo y porque evitaba la sindicalización. Se decretó estado de sitio, 4 unidades militares al mando del Mayor Ayoroa apresaron a más dirigentes y dispararon contra los manifestantes. Saldo: 9 muertos y varios heridos.

1927. En el pueblo de Chayanta (Norte de Potosí) a causa de los malos tratos, cobros excesivos o ilegales y la amenaza sobre las tierras de comunidad, los campesinos se sublevan desde el 25 de Julio. Esto movilizó a varias unidades del ejército que desbarató y derrotó a los campesinos sublevados.

1942. El 21 de diciembre el gobierno del Gral. Enrique Peñaranda instruye la cruenta y salvaje masacre minera de Catavi (Norte de Potosí). Los obreros exigían cumplimiento a sus derechos laborales. Militares del Regimiento Ingavi apostados en la parte superior de Catavi, con las ametralladoras emplazadas en la llanura dispararon a los manifestantes. La palliri María Barzola, fue la primera en caer abatida por las balas.

1947. La masacre de Potosí ocurrió el 28 y 29 de enero en la empresa minera Unificada de Mauricio Hochshild. Militares y policías dispararon contra mineros que reclamaban mejores condiciones laborales.

1949. En el Centro minero de Siglo XX (Norte de Potosí), del 28 al 30 de mayo de 1949, el sindicato de trabajadores exigió un incremento salarial y pago de indemnizaciones a los despedidos. La Empresa Patiño desterró a los dirigentes a Chile. Los mineros se declararon en huelga de hambre y el presidente Mamerto Urriolagoitia ordenó que los regimientos: Colorados, Andino, Camacho e Ingavi, mas un regimiento de carabineros, atacaran el campamento, previo bombardeo de la Fuerza Aérea. Hubo más de 200 muertos, el gobierno reconoció 144. La prensa criticó a los mineros, pero guardó silencio por los mineros muertos.

1952. Con el triunfo de la Revolución Nacional, el Ejército es derrotado y disuelto por el pueblo boliviano.

1967. El 23 de junio. El presidente René Barrientos ordenó la “Masacre de San Juan”. Decenas de mineros de Siglo XX fueron asesinados a traición mientras celebraban la fiesta de “San Juan”.

1971. El 21 de agosto toma el poder violentamente el militar Hugo Banzer Suárez. Los mineros, universitarios y población en general intentan resistirse al Golpe, pero son acribillados por aviones de la FAB y militares traidores.

1979. El 1 de noviembre el General Alberto Natusch Busch derrocó al gobierno democrático de Walter Guevara. Se produjo un levantamiento popular encabezado por la Central Obrera Boliviana (COB) que generó a su vez una violenta represión por parte del Ejército: la Masacre de Todos Santos (Cochabamba) donde murieron más de 100 personas y hubo 30 desaparecidos.

1980. El 17 de julio, un grupo del Ejército a la cabeza de García Mesa con apoyo de la CIA (Agencia de Inteligencia de EE.UU) toma el poder violentamente derrocando a Lidia Gueiler. Pocos días después el Centro Minero de Caracoles inicia una huelga de hambre en defensa de la democracia. Cinco regimientos atacaron Caracoles y un regimiento fue a la mina Viloco para matar y detener mineros.

1986. La Marcha por la Vida se dio entre el 21 y 28 de agosto de 1986, esta movilización trataba de evitar el cierre de las minas y el despido de miles de mineros junto a sus familias. Aproximadamente 25.000 mineros marchaban rumbo a La Paz. El 28 de agosto 2.000 valerosos militares con tanques y carros de asalto reprimieron a los marchistas, fatigados y hambrientos, imponiéndose así la etapa neoliberal.

1996. La “Masacre de Navidad” ocurrió en las minas de Amayapampa y Capacirca (Potosí), en diciembre de 1996. El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada defendiendo a empresarios extranjeros mandó al glorioso ejército y la policía para reprimir a los mineros que querían evitar despidos y la pérdida de sus fuentes de subsistencia. Once mineros murieron.

2003. Durante la “Guerra del Gas”, los militares a la orden de Gonzalo Sánchez de Lozada asesinan en El Alto a aproximadamente 70 personas, defendiendo el plan de enajenación de los recursos gasíferos del país.

2019. Golpe de Estado Cívico Militar. Ante una arremetida mediática, cívica y de algunos sectores empresariales, con apoyo de EE.UU. (CIA), los policías se amotinan contra el gobierno constitucional de Evo Morales. Poco después se amotinan los militares que “sugieren” que Morales interrumpa su mandato constitucional. Serán militares quienes “posesionen” a la dictadora Jeanine Añez y serán los responsables por la muerte de ciudadanos en Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto), el 15 y 19 de noviembre respectivamente. Los militares y policías, en un “gran acto de valor”, asesinaron a 37 ciudadanos desarmados e hirieron a aproximadamente 500 personas.

Con todos esos antecedentes, hay que reflexionar seriamente sobre el rol y el destino que deben tener las FF.AA. una vez que retorne la Democracia. Esta institución que goza de privilegios que ningún sector social tiene, es un peligro latente para cualquier democracia.

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