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La urgencia de respuestas a la situación educativa en tiempos de pandemia

¿Tiene el ministro conciencia de la tarea que cumplían las y los maestros echados del Ministerio de Educación?

“… esos que están en marchas son de PROFOCOM… terminaron su contrato y se les ha respetado hasta mayo… No hay un solo despido en el Ministerio de Educación”

Víctor Hugo Cárdenas


El ministro de educación vive en medio de una guerra de baja intensidad con maestras y maestros despedidos hace ya meses. Desde su oficina se busca que este hecho pase como una conclusión formal de contrato que, en ningún caso, debería ser asumido como despido. Este conflicto se lo vive en medio de la crisis sanitaria que, en el caso de la educación, exige respuestas acerca de la manera de encarar los procesos educativos durante la presente gestión. Madres y padres de familia no encuentran, hasta el momento, respuestas claras acerca de la salida que se dará a la gestión escolar, pues –hasta el momento- no se tiene más respuesta que el decreto conceptual (para distinguir modalidad virtual, a distancia, semipresencial…) presentado este 6 de junio, el cual no refiere a las respuestas que se esperan desde la sociedad (extensión de la gestión escolar, validación o no de lo trabajado hasta el momento… etc.). En realidad, lo que el decreto hace es enfatizar en el aspecto que maestras, maestros, madres y padres de familia vienen exigiendo no sea asumido como condición; la educación virtual. El margen de acción que tienen maestras y maestros –desde el decreto- pasa, de una u otra manera, siempre por lo virtual, es decir, se asume que todas y todos los estudiantes ya tienen subsanado el problema de condiciones materiales para el acceso al mismo.


Es, dentro este panorama, que lo cierto es que la situación está obligando a todas y todos los maestros a buscar medios y salidas concretas para encarar su trabajo dentro este escenario de pandemia y, como nunca, al Ministerio de Educación le toca enfatizar –en este contexto- programas y procesos de actualización docente que logren orientar lo que pueda ser construido por las y los educadores. ¿Cómo está respondiendo el Ministerio a esta necesidad? Pensando en lo tecnológico la respuesta fue hacer convenios con trans-nacionales (comenzando por Google, pasando por Tigo… etc.) para desarrollar capacitación técnica, ahora bien, pensando en lo pedagógico (en capacitación pedagógica y no técnica) la respuesta fue el despido masivo del equipo de maestras y maestros que tenía como tarea concreta actualizar, en estos aspectos, a quienes se encuentran enseñando dentro las Unidades Educativas.


El Programa de Formación Complementaria para Maestros (PROFOCOM) refiere precisamente a esa área del Ministerio que tiene la tarea de identificar esos aspectos de necesidad estratégica que debe ser encarado a través de la formación complementaria. La necesidad de construir estrategias didácticas, ahondar en la reflexión pedagógica o, en el caso de la pandemia, cómo transformar la práctica educativa para responder a la crisis sanitaria son, precisamente, las cuestiones que desde esta oficina se tiene como tarea. En otras palabras, lo que el Ministerio está haciendo es despedir a gran parte del equipo que podría darle las respuestas a las necesidades que no está pudiendo encarar. Un Ministerio de Educación no es una entidad de tono únicamente administrativo, sino que se trata de un espacio de construcción de políticas (se trata de un espacio de respuestas y de generación de certidumbre) y la existencia de PROFOCOM (de manera articulada a la Universidad Pedagógica y UNEFCO) refiere a la presencia –dentro el Ministerio- de un espacio concreto de reflexión pedagógica. En la difamación que se buscó hacerle se lo ha reducido a un programa de repartición de títulos de licenciatura al cual, es evidente, refleja un desconocimiento más que preocupante de la orientación de la política específica.


Ya llegaremos al tercer mes de paralización de clases y el Ministerio de Educación no está logrando responder desde lo propiamente educativo a las exigencias legítimas y justificas de madres y padres de familia que no tienen nada claro acerca del destino de la gestión. Este vacío puede ser reconocido como la ausencia de un norte que no se encuentra porque además el ministro ha roto la brújula con la que ya contaba y a la que denunció como simple engaño y/o truco. Incluso independientemente del nombre lo que se hace central es comprender la importancia de un equipo amplio de reflexión pedagógica que trabaje de modo articulado con las y los maestros que están en aula pues, seguramente, lo primero que dirán es que –obviamente- tienen técnicos (muy “calificados”) que miran la orientación de la política educativa, sin embargo, no han comprendido que esa brújula tiene el secreto de funcionar sólo en relación sostenida con las y los maestros que trabajan en las aulas. Esta experiencia es la que las y los maestros despedidos cargan en sus espaldas. Las declaraciones cotidianas de las autoridades grafican bien un escenario en el cual asumen que están en guerra y que de lo que se trata es de ganar a opositores políticos. Mientras tanto la gestión se nos va yendo sin nada claro respecto a por dónde debemos ir.

 

Destiempos publica la presente columna de opinión respetando que el autor no quiere hacer público su nombre por los momentos de persecución política y violación a los derechos humanos que se vive en Bolivia.

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