Este pasado lunes (18.05.2020) en el contexto mundial del desarrollo de la pandemia del COVID-19, el presidente chino Xi Jinping declaró en la 73º asamblea virtual de la Organización Mundial de la Salud, que una vez desarrollada la vacuna por científicos chinos, la misma sería distribuida como un patrimonio de bien mundial, lo que significa que la vacuna de origen chino pertenecería a la humanidad.
Xi Jinping también declaró que donará 200 millones de dólares para ayudar a la población mundial, específicamente a los países más necesitados, en la lucha contra esta terrible pandemia y sus consecuencias.
Dichas declaraciones representan un giro ideológico respecto a la política internacional en relación a la pandemia del COVID-19, debido a que los países occidentales han demostrado una actitud y una política internacional completamente contrarias.
En occidente (países de Norte América y Europa) la poca preparación, pero además la cultura de la individualidad por sobre la cultura de la colectividad, han hecho que las sociedades y sus gobiernos estén pobremente preparados para enfrentar dicha pandemia y no han podido responder con un liderazgo efectivo ante la misma. El mejor ejemplo de esta cultura de la individualidad y el fracaso de sus políticas ha sido la administración de Donald Trump en Estados Unidos, país que según el portal del Financial Review, tiene 93.860 fallecidos por COVID-19 hasta la fecha, de acuerdo al último recuento de la universidad Johns Hopkins.
Mientras Estados Unidos lucha para controlar el virus al interior de sus fronteras, los países asiáticos han logrado no sólo controlar el virus, sino también prestar ayuda y solidaridad a nivel mundial. Donaciones chinas han llegado a países de todo el mundo, incluidos muchos países europeos y latinoamericanos, siendo uno de éstos Bolivia.
Actualmente existen 6 vacunas que están ganando la carrera a la hora del desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV2, el virus del género Coronavirus que genera la enfermedad COVID-19, 3 de ellas son chinas.
Dicho desarrollo incluye 3 fases; laboratorio, pruebas en animales y finalmente pruebas en humanos. Las 3 vacunas chinas que ya se encuentran en la fase de pruebas en humanos son vacuna AD5-nCoV, la vacuna LV-SMENP-DC y finalmente la vacuna de virus inactivado.
Sin embargo la tercera fase, tiene también sus propias fases de estudio; primero con grupos pequeños de personas, luego con grupos más grandes y finalmente con grupos de control o comparación. De acuerdo al portal de salud TrialSite News, la vacuna AD5-nCoV de la compañía CanSino Biologics de China, estaba ya en “los ensayos clínicos de fase II”, lo que la convierte en la principal contendiente en la carrera mundial por una vacuna aprobada.
Mientras los países occidentales buscan chivos expiatorios culpando a China o a la Organización Mundial de la Salud por el mal manejo interno de la crisis sanitaria y humana provocada por el coronavirus COVID-19, China se encuentra en una carrera científica y tecnológica por el desarrollo de la vacuna, pero además, con el objetivo de que los frutos de dicha carrera tecnológica produzcan resultados para toda la humanidad, y no sean monopolios de gobiernos u organizaciones privadas que se harían millonarias con el desarrollo de dicha vacuna.
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